La religiosa Teresa Forcades ha divulgado masivamente un vídeo en el que advierte sobre los riesgos de la vacuna.
Se llama Teresa Forcades y está en el ojo del huracán por un vídeo que ha colgado en Internet. Es una monja benedictina de origen catalán que ha iniciado un movimiento ciudadano cuyo objetivo es evitar que la vacuna contra la nueva gripe sea obligatoria.
La religiosa advierte en un vídeo, que se está descargando de manera masiva, sobre los riesgos y efectos secundarios de la vacuna.
La monja, que también es doctora en Medicina, es autora de un libro titulado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas, en el que denuncia la forma en la que el poder político de las grandes farmacéuticas es utilizado para obtener enormes beneficios económicos a costa de la salud pública.
Forcades publica en su blog un extenso comunicado en el explica que, en enero del 2009, la filial austríaca de Baxter distribuyó a 16 laboratorios de Austria, Alemania, la República Checa y Eslovenia, 72 kilogramos de material para preparar miles de vacunas contra la gripe estacional.
Estas vacunas, que serían administradas entre febrero y marzo, «fueron probadas en hurones que murieron tras recibirla». Según la religiosa, después de una intensa investigación, se concluyó que la vacuna de la casa Baxter contenía virus vivos de la gripe aviar (virus A/H5N1) combinados con virus vivos de la gripe de cada año (virus A/H3N2).
«Si esta contaminación no se hubiese descubierto a tiempo, la pandemia que sin base real están anunciando las autoridades sanitarias globales (OMS) y nacionales, ahora sería una espantosa realidad», asegura Forcades quien añade que «esta combinación de virus vivos puede ser especialmente letal porque combina un virus que tiene un 60% de mortalidad pero es poco contagioso (el virus de la gripe aviar) con otro que tiene una mortalidad muy baja pero con una gran capacidad de contagio (un virus de los de la gripe de cada año)».
Forcades explica en su vídeo que «la nueva gripe» no es nueva porque sea del tipo A, ni tampoco por ser del subtipo H1N1, sino que «lo único que es nuevo es pertenecer a la cepa S-OIV».
Según la benedictina, la epidemia de gripe de 1918 fue también del tipo A(H1N1) y asegura que, desde 1977, este tipo de virus forma parte de la temporada de gripe estacional.
En su vídeo, la monja destaca que profesionales de la salud como el Bernard Debré, del Comité de Ética de Francia y Juan josé Rodríguez Sendí, que preside la Asociación de Colegios Médicos de España, coinciden en que la tasa de mortalidad de la gripe A es inferior a la estacional, por lo que las alarma mundial que existe en varios países es innecesaria.
Destaca también que desde que empezó a detectarse esta enfermedad en abril de 2009 y hasta el 15 de septiembre de 2009 han muerto 137 personas en Europa y 3.559 en todo el mundo, cuando debido a la gripe estacional fallecen entre 40.000 y 220.000 personas.
Entre sus múltiples advertencias la religiosa señala que los laboratorios han diseñado la nueva vacuna en dos dosis que deben sumarse a la vacuna de la gripe estacional, lo que triplica los posibles efectos secundarios como la parálisis de Guillain-Barré.
Además, las empresas farmacéuticas, según esta monja, están exigiendo a todos los países que firmen acuerdos de inmunidad para que en caso de que las vacunas tengan más efectos secundarios de los previstos, la industria quede exenta de toda responsabilidad.
«Hago un llamamiento a activar los mecanismos legales necesarios para asegurar de forma rotunda que no se podrá forzar a nadie en nuestro país a ser vacunado en contra de su voluntad, y que los que decidan vacunarse no serán privados del derecho a exigir responsabilidades ni del derecho a ser compensados económicamente (ellos o sus familiares) en caso que la vacuna les cause una enfermedad grave o la muerte», concluye el polémico comunicado de Forcade.
La religiosa advierte en un vídeo, que se está descargando de manera masiva, sobre los riesgos y efectos secundarios de la vacuna.
La monja, que también es doctora en Medicina, es autora de un libro titulado Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas, en el que denuncia la forma en la que el poder político de las grandes farmacéuticas es utilizado para obtener enormes beneficios económicos a costa de la salud pública.
Forcades publica en su blog un extenso comunicado en el explica que, en enero del 2009, la filial austríaca de Baxter distribuyó a 16 laboratorios de Austria, Alemania, la República Checa y Eslovenia, 72 kilogramos de material para preparar miles de vacunas contra la gripe estacional.
Estas vacunas, que serían administradas entre febrero y marzo, «fueron probadas en hurones que murieron tras recibirla». Según la religiosa, después de una intensa investigación, se concluyó que la vacuna de la casa Baxter contenía virus vivos de la gripe aviar (virus A/H5N1) combinados con virus vivos de la gripe de cada año (virus A/H3N2).
«Si esta contaminación no se hubiese descubierto a tiempo, la pandemia que sin base real están anunciando las autoridades sanitarias globales (OMS) y nacionales, ahora sería una espantosa realidad», asegura Forcades quien añade que «esta combinación de virus vivos puede ser especialmente letal porque combina un virus que tiene un 60% de mortalidad pero es poco contagioso (el virus de la gripe aviar) con otro que tiene una mortalidad muy baja pero con una gran capacidad de contagio (un virus de los de la gripe de cada año)».
Forcades explica en su vídeo que «la nueva gripe» no es nueva porque sea del tipo A, ni tampoco por ser del subtipo H1N1, sino que «lo único que es nuevo es pertenecer a la cepa S-OIV».
Según la benedictina, la epidemia de gripe de 1918 fue también del tipo A(H1N1) y asegura que, desde 1977, este tipo de virus forma parte de la temporada de gripe estacional.
En su vídeo, la monja destaca que profesionales de la salud como el Bernard Debré, del Comité de Ética de Francia y Juan josé Rodríguez Sendí, que preside la Asociación de Colegios Médicos de España, coinciden en que la tasa de mortalidad de la gripe A es inferior a la estacional, por lo que las alarma mundial que existe en varios países es innecesaria.
Destaca también que desde que empezó a detectarse esta enfermedad en abril de 2009 y hasta el 15 de septiembre de 2009 han muerto 137 personas en Europa y 3.559 en todo el mundo, cuando debido a la gripe estacional fallecen entre 40.000 y 220.000 personas.
Entre sus múltiples advertencias la religiosa señala que los laboratorios han diseñado la nueva vacuna en dos dosis que deben sumarse a la vacuna de la gripe estacional, lo que triplica los posibles efectos secundarios como la parálisis de Guillain-Barré.
Además, las empresas farmacéuticas, según esta monja, están exigiendo a todos los países que firmen acuerdos de inmunidad para que en caso de que las vacunas tengan más efectos secundarios de los previstos, la industria quede exenta de toda responsabilidad.
«Hago un llamamiento a activar los mecanismos legales necesarios para asegurar de forma rotunda que no se podrá forzar a nadie en nuestro país a ser vacunado en contra de su voluntad, y que los que decidan vacunarse no serán privados del derecho a exigir responsabilidades ni del derecho a ser compensados económicamente (ellos o sus familiares) en caso que la vacuna les cause una enfermedad grave o la muerte», concluye el polémico comunicado de Forcade.
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